¿Qué haces con tu MINISTERIO?
¿Qué pide Dios de ti? "Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio" (1 Ti. 1:12).
Bien pudiéramos reducir lo que pide a: SER FIEL.
¿Qué observas al leer las siguientes citas?
a) (2 Co. 11:3)
b) (1 Ts. 4:3)
c) (Stg. 4:4)
¿Cómo defines aquello de lo que leíste?
a) Fidelidad no sincera:
b) Fornicación:
c) Adulterio:
¿Eres culpable de algunos de estos pecados?
¿Qué aprendes de la historia narrada en Jueces 10:11-14?
¿Cuál debe ser tu prioridad? "Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios" (Hch. 20:24).
Observando lo anotado en este versículo vemos que, tener como prioridad el "supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Fil. 3:13,14), significa:
a) Negarse a sí mismo (Lc. 9:23).
b) Mantener "sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza" (Heb. 10:23).
c) No avergonzarse de nuestro mensaje (Ro. 1:16).
¿Cómo debemos actuar? "No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado; antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios" (2 Co. 6:3,4).
Hay una frase interesante: "Nos recomendamos en todo", fíjate que no dice nos recomendamos a todos.
¿Cómo entiendes esta frase?
PARA QUE LO PIENSES:
Cuando te ven y analizan tu actuar, ¿cuántos quieren ser como tú? Quienes así lo anhelan, ¿qué es lo que ven en ti?
LA LECCIÓN PRÁCTICA PARA HOY:
APRENDE A APRENDER.
Esto se logra:
Observando todo lo que acontece a tu alrededor.
Analizando las razones y las consecuencias.
Haciendo propias las lecciones que Dios desea darte a través de todo lo que te muestra.